martes, 28 de junio de 2011

Un café, por favor

Sí, ha llegado la hora de reconocerlo: soy un poco adicta al café... Debido a un problemilla de estómago, no he tomado café en los últimos cinco días y a parte de sueño y malestar general (que podría ser perfectamente debido al calor y a mi estómago rebelde), de vez en cuando me daba un dolor de cabeza un tanto sospechoso... Tengo que decir que la culpa de mi adicción la tienen los médicos: tengo la tensión baja y después de mi operación me recomendaron 1) café por las mañanas y 2) alguna copita de vino, lo que unido a mis pastillas recetadas eran motivo de más de una broma con mis compis de piso de aquel entonces...


Después de un periodo intenso de trabajo y sueño (léase fin de tesis) en el que necesitaba dos tanques de café para empezar a funcionar por las mañanas, tuve que hacer una rehabilitación y disminuir mi dosis diaria. Al trasladarme Teruel el café estaba tan rico que tuve que hacer grandes esfuerzos por mantener mis buenos propósitos. Fue fácil mantenerlos al regresar a la facultad, donde había días que lo dejaba intacto después del primer sorbo bajo el riesgo de regar el suelo con él: no es muy elegante y podría llegar a causar desconcierto en la cafetería.

Hoy seguía con dolor de cabeza y un buen café lo ha solucionado. Está claro que mi tensión baja pedía algo más que té hoy para empezar a funcionar correctamente así que no me queda más remedio que reconocer que con un café, o dos, todo se ve mucho mejor.

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