sábado, 7 de mayo de 2011

Naranjas de la china


Creo que estoy entrando en una fase naranja. Los síntomas están claros: se me van los ojos detrás de todo lo que sea anaranjado y todo a punta a que esta tendencia no va a cabiar en breve. En esta fase, el naranja compite en protagonismo con el verde, que ha pasado a ser casi casi mi color favorito. Me soprendo a mí misma eligiendo tonos de estos colores dejando a un lado mis tradicionales azules, así que creo que ya no son sólo síntomas y estos nuevos colores han llegado para quedarse definitivamente.

¿Qué tiene todo esto de especial? Que justo esta tarde me acordaba de que el naranja era el color favorito de mi amor platónico del colegio, y yo le decía con tono burlón que parecía butanito. Y mira por dónde, ahora soy yo la que juega con todos los tonos de la gama de los naranjas.

Y de naranja en naranja, me he acordado de que a veces mi madre dice naranjas de la china cuando no está de acuerdo con algo o para negar alguna afirmación. Buceando en internet descubro que las naranjas llegaron de China, aunque el primer productor mundial es Brasil (cuyas naranjas no son muy sabrosas, según dicen). Da igual: nosotros tenemos orgullosos la variedad de naranja valenciana, dulces y bien ricas.

Y de naranja en naranja, acaban de estrenar la obra Maldito naranjito para recordar con una gran sonrisa los maravillosos años 80. Siguiendo mi camino de balsodas anaranjadas no puedo hacer otra cosa: ¡me la apunto para mi próxima visita a Madrid!

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