miércoles, 19 de mayo de 2010

Step remix

telepatía para mi arquitecto de sonrisas


El gimnasio es un lugar que nunca me ha atraído especialmente. Cuando estaba en el colegio/instituto era de las que se quedaba detrás hablando y llegaba de las últimas a la meta. No soy una persona competitiva en general y para los deportes eso no es un punto a favor. Me mentalicé de que ir al gym no tiene por qué ser una experiencia horrible, y he de reconocer que he pasado más tiempo allí del que hubiera pensado por aquel entonces. Sólo es cuestión de elegir de forma adecuada la actividad a realizar.

A mí cada vez me da más pereza ir a la sala de musculación, por mucho iPod que me ponga y mucho tío cachas que se exhiba. De hecho, me molesta la gente que va al gimnasio como quien va de tiendas a mirar escaparates. Además somos tramposos con nosotros mismos y a menudo no realizamos un ejercicio compensado porque depende mucho de las fuerzas y del estado de ánimo que tengamos ese día. Por eso suelo preferir las clases colectivas, donde no me tengo que preocupar ni de la música y durante una hora intento concentrarme sólo en hacer lo que me dicen y dejar de pensar en las mil cosas que pasan por mi cabeza (aunque una hora es demasiado tiempo...). Durante unos meses hice, por necesidad, pilates: tantas horas para acabar la tesis se notaron no sólo en las sillas de mi casa sino también en todo mi cuerpo en tensión (a parte de otros daños colaterales). No era mi actividad favorita pero funcionaba. Después descubrí que la bicicleta elíptica no se me daba mal y poco a poco fui aumentando mi resistencia. En realidad, me subía a correr cada vez más rápido y más tiempo en un intento desesperado de dejar todo atrás. Es inútil para eso, os lo advierto, pero uno duerme estupendamente después.

Ahora que tengo más tiempo libre he vuelto al gimnasio, pero esta vez a clases de step. Todavía no soy una experta, pero voy mejorando poco a poco. Y me he enganchado sobre todo por la música marchosa que pone esta profesora. Eso tiene un peligro: como me guste la canción el cuerpo quiere moverse a su aire y no seguir la coreografía. Ayer, entre Beyoncé y Shakira sonó... sorpresa sorpresa: ¡un remix de la canción "Se me enamora el alma" de Isabel Pantoja! Yo me sonreía mientras saltaba de lado a lado del step, jugando al juego de las diferencias con las tres cantantes (seguro que a vosotros también os salen más que siete, ¿verdad? jajaja). Eso sí, como el próximo sábado me pongan esa canción, me voy de la discoteca: ¡prometido!

2 comentarios:

  1. ya me imagino a la Pantoja bailando 'single ladies' de Beyonce. Música fusión.

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  2. ¡pues eso sí que es imaginación! jajaja
    nos la apuntamos para el finde que viene? ;-)

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